Venecia: hospedarse en un Palacio en el que vivió Mozart

Viajar y trabajar nunca fueron dos cosas separadas en mi vida. En cada viaje de placer siempre produje alguna nota periodística in situ o me traje información importante para luego darle rienda al periodismo en el regreso a la rutina (por ejemplo: la inolvidable experiencia de ingresar en la Casa Blanca en Washington D.C.). O en cada viaje por trabajo producía notas y contenidos extras y algunas incluso que no tenían que ver por el motivo que estaba subiéndome a un avión en Ezeiza.

En junio de 2018, decidí sacar un vuelo a Madrid y así cumplir el sueño de poner un pie por primera vez en el Viejo Continente y visitar a mi amigo Guillermo Toribio, en Sevilla. Se lo había prometido hacía un año atrás en el abrazo de despedida que nos dimos en el aeropuerto de Ezeiza.

Hice lo que los argentinos le decimos «un chino» para ahorrar un mango. Compré el vuelo por decolar.br, la página despegar de Brasil, con vuelo San Pablo-Barajas con regreso Roma-Buenos Aires, y canjee millas por LATAM desde Aeroparque a San Pablo.

Todo era incertidumbre, expectativa, felicidad y sacrificio a la misma vez. Y había que ahorrar para poder disfrutar. Todo lo que vino después de darle al botón «comprar» fue realmente mágico, y acá aparece la historia increíble de lo que me pasó en Venecia.

Estaba en la redacción del diario trabajando, y le escribo por Facebook a Flor Carlé, ex PR de Levis en Argentina, quien hacia un tiempo estaba viviendo en París. Me responde, nos pasamos el teléfono y la llamo. Hicimos un networking de la vida y le comento: «Ah, saqué un pasaje hace unos días. Me voy para allá, para Europa».

Flor me consultó si iba a París, le respondí que no, que había armado otro itinerario. «¿Vas a Venecia? pasame ya fecha que estarás por Venecia porque tal vez pueda conseguirte hospedaje». «Genial», le respondí porque todavía no tenía hotel en la ciudad italiana.

Le pasé la fecha que iba a estar por Venecia y quedó todo ahí. A los días Flor me respondió con un link del hotel (pensaba que era un hotel) que me conseguiría y un audio. Entré en el link y resultó que era ¡¡¡un palacio en el corazón de Venecia!!! No lo podía creer.

En el audio, Flor me contaba de qué se trataba el Palacio, quién era el artista argentino que lo estaba administrando, y que era su cliente. Pero había un inconveniente. La fecha coincidía con el Festival de Cine de Venecia, por lo que me consultó si había posibilidades de atrasarla dos días. ¡Obviamente le dije que sí!

Automáticamente, (después de ponerse feliz), uno empieza a googlear precio, historia, etc. Cuestión que la noche en el Pallazzo Marcello rondaba los 98 euros por persona, y en el mismo Palacio, que estaba ubicada en una callecita típica veneciana con puerto de góndola de uno de los canales transvesales, y muy cerca de la Piazza San Marco.

Pero el dato de que allí había vivido el músico Mozart en el Siglo XVIII cuando realizó una gira por Italia fue algo que me sorprendió y terminó de darle una sonoridad de obra maestra a este sueño que nunca quise despertar.

La experiencia de pasar dos noches en el Palazzo Marcello de Venecia gracias a mi querida Flor Carlé (eterno agradecimiento y recuerdo para ella) la escribí en el Suplemento de Turismo del diario Perfil y en la Revista Break.

Y fue tan mágico lo que uno experimenta allí que en la última noche, mientras estaba descansando en la misma habitación y cama (restaurada obvio) en la que durmió el genial músico austríaco, fue que me escribió Guillermo Karcher para avisarme que tenía «la busta» para la Audiencia de los Argentinos con el Papa Francisco. ¡Iba a conocer al Santo Padre!

A continuación, les comparto el artículo periodístico publicada en 2018 y les puede servir porque si bien no está actualizada de las muestras que se exhiben hoy, puede ser una buena opción para aquellos argentinos, parejas, matrimonios que quieran vivir la misma experiencia que tuve. Espero que les guste.

Título de nota: «El toque Argentino»

El Palazzo Marcello fue obtenido por la familia del compositor clásico Gasparo Marcello en el Siglo XV, y está ubicado a unos 250 metros de la Piazza San Marco, el corazón de la bellísima ciudad italiana. De estilo Gótico y aún hoy con detalles arquitectónicos que el tiempo no pudo deteriorar, fue una usina artística de la música clásica porque los amigos de la familia italiana, como un tal Wolfgang Mozart, pasaron meses viviendo en la propiedad bebiendo, tocando el piano y componiendo.

Desde el 2016, el artista plástico y escultor argentino Aaron Nachtailer es el Director Artístico de Random Art Project, una fundación neoyorquina radicada en Venecia que adquirió los derechos del Pallazzo Marcello para convertirlo en algo más superador que un histórico hospedaje: es un encuentro entre el arte, la arquitectura, la historia, y el placer de disfrutar de un viaje en el tiempo sin olvidar los detalles de un servicio lujoso y exclusivo.

Entre las tres galerías principales, Nachtailer expone su muestra U Love Me y distribuyó 15 pinturas en acrílico especial super denso que se refieren al tiempo y a la naturaleza, aspectos que son el eje central de la aventura que el huésped transita dentro del Palazzo Marcello. El argentino trabajó esculturas en mármoles importados de Portugal, y ubicó otras que adquirió en anticuarios de China y París, ciudad en la que reside Nachtailer actualmente.

El Salón Dorado, donde pasó sus días Mozart en el Siglo XVIII, y cuyo balcón tiene una vista descomunal a uno de los canales en el que uno puede observar por horas las góndolas pasar, se restauró en modo homenaje al músico austríaco, decorado con libros antiguos sobre los viajes de Marco Polo a China, un mueble que sobrevivió a la época en que Mozart disfrutó del espacio, y el toque mainstream Siglo XXI con una lámpara de bronce circular apoyada en el suelo que según el ángulo en que se la mire muestra los diferentes pasos de la luna.

“Las galerías de exhibición quedaron en el tiempo, hay que ofrecerles otros procesos creativos, otras experiencias a las personas”, analiza Aaron. El Salón de los Pájaros, el más extenso, está decorado con máscaras africanas de rituales y ceremonias, materiales de tribus antiguas y mármoles de carrara que imitan a un cielo nítido.

En un rincón la cocina rodeada con diversos té de hebras creados por el artista argentino, y es el punto de encuentro de los eventos de cóctel experience, con Djs en vivo, y gastronomía en cinco y siete pasos (la recomendación es pato con chocolate salado), servicios muy requeridos durante la Bienal de Arte y Arquitectura de Venecia.

Narnia existe en Venecia

Un párrafo aparte es «Encontrémonos». Una experiencia artística y espiritual única en el mundo para un hospedaje. Sin spoilear demasiado, contaremos que, como si fuera una escena de Narnia, el ingreso es a través de la puerta de un armario con espejos, rodeadas de cuatro esculturas, sin celular, ni cámaras, para transportarse a un bosque nocturno. Todo en el centro de Venecia, dentro de un Palacio, donde el metro cuadrado vale fortunas. El resto es secreto.

“Son tiempos que vivimos a las corridas, la cabeza está pensando en donde irás después, próximo destino, la interconectividad desconecta con lo de adentro y conecta en lo de afuera. Aquí invitamos a que vivan lo contrario, tener cinco minutos para reconectar con uno mismo. Encontrémonos es un sentimiento que lo crea uno”, agrega Aaron Nachtailer.

El artista argentino sueña llevar la experiencia a Buenos Aires: “Hacerlo en microcentro, adentro de un banco, donde están todos locos, se metan cinco minutos para que vuelvan a respirar, para que les regrese al alma al cuerpo, eso lo que le pasa a los visitantes que eligen Pallazzo Marcello”.

• Pallazzo Marcello
• Vivió Mozart durante meses.
• Encontrémonos, experiencia artística y espiritual única en el mundo.
• Ubicación: Rio Terrà dei Assassini, 3699, 30124.
• Precio por noche: 1 persona 98 euros, 2 personas 196 euros, 3 personas 250 euros y 4 personas 290 euros.

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