El título ya genera atracción “¿Qué digo cuando digo Te Amo?”. Uno se detiene y piensa y el universo que se vislumbra es proporcional al significado del amor: infinito. Uno queda recalculando porque -tal vez o probablemente- nunca se lo preguntó. ¿Alguien realmente sabe o se puso a pensar qué dice cuando dice “Te Amo”?
Quien nos trae de vuelta de ese abismo sensorial tan grande tras hacernos la pregunta y que puede darnos la(s) respuesta(s) es el creador de la frase: Gabriel Cartañá. El psicólogo, escritor y psicólogo forense, miembro del staff del programa Bendita (El Nueve), llega con su espectáculo homónimo al Teatro San Nicolás el sábado 4 de noviembre.
-¿Qué vínculo tenes con la ciudad de San Nicolás tanto en lo laboral como en lo personal?
-En San Nicolás estuve hace unos años, es una ciudad muy linda, pero lo diferente es que la última vez estuve en otra sala y ahora voy a estar por primera vez en el Teatro de la ciudad. Lo que recuerdo es que el público de San Nicolás me encantó, es un público muy interactivo. A mi me gustan los espectadores ruidosos, los que levantan la mano, que interrumpen, que muestran su opinión, siento que los encuentros que hago son públicos que acompañan al encuentro. El público de San Nicolás es muy lindo.
-¿Con qué se va a encontrar el público nicoleño y de la zona que irá a verte en tu unipersonal “Qué digo cuando digo Te Amo”?
-Se van a encontrar con un encuentro en donde trato de que las personas puedan salir de una hora y media o dos horas pensando qué vieron, una realidad que tiene que ver con el amor, porque el encuentro tiene que ver con el amor romántico, y puedan ver que algunos aspectos de eso está visto desde una perspectiva distinta. A mi me encantan cuando me dicen “nunca lo habia pensado de en ese sentido” o “nunca lo había visto desde ese lado”. Si puedo lograr eso, si puedo lograr que la gente lo vea desde un lugar diferente, porque que lo vean desde un lugar diferente es difícil y lo malo es fácil. Siempre digo que “en el mundo hay ideas buenas y nuevas, el problema es que las buenas no son nuevas y las nuevas no son buenas”. Lo interesante es tratar de encontrar las ideas que sean buenas y novedosas. Si la gente se va con eso yo me siento más que satisfecho.
-¿Cuánto modificó la manera de amar y de vincurlarse sexualmente la pandemia?
-En la pandemia habia algo que tenía que ver con la virtualidad, la virtualidad era para gente muy joven solamente, muy para la generación digital. Yo tengo 53 años y pertenezco a la generación analógica, y en muchos aspectos en lo romántico o en lo sexual, también en lo laboral, en lo terapéutico, lo virtual, era medio tabú. Y la pandemia nos obligó a vincularnos, a trabajar, a dialogar, inclusive a conocernos romántica y sexualmente a través de una tecnología virtual porque teníamos prohibido el encuentro, eso lo que hizo fue desmitificar y dar mas permisos sociales. Hoy, por ejemplo, las parejas pueden practicar sexo sexting y no se ve como algo raro, atípico o de perversión, se ve como algo más un juego del amor.
-¿El amor es una lucha de poder?
-El amor en sí mismo no es una lucha de poder pero si hay una lucha de poder en las relaciones amorosas, que no es lo mismo, y hay varias luchas de poder. Hay una que me resulta muy interesante que es cuando la pareja entra en una lucha de poder para ver quién ama más al otro. Esas parejas que compiten para ver quién complace más al otro. Es la única competencia en una lucha de poder que me parece que está buena y que debe ser producida en una relación de pareja. Las otras luchas de poder que tienen que ver con el control, el egoísmo, que tiene que ver con lo que yo gano, esas luchas de poder no estan buenas. Pero desgraciadamente son las más abundantes.
-¿A vos cómo te fue en el amor, Gabriel? ¿Te consideras un afortunado en el amor?
-Si, soy terriblemente afortunado. Tengo 53 años y tuve la posibilidad de enamorarme cinco veces en mi vida, profundamente, y he sido dejado en 4 de las 5 relaciones que estuve enamorado. Pero casualmente me considero afortunado porque que no te amen es una simple aventura, que no logres que la persona que amas se enamore de ti es un accidente, es una anécdota, y placentera, y la verdadera tragedia es no poder amar, y yo creo que en los diferentes momentos de mi vida he podido enamorarme de las personas que me ha tocado enamorarme. Y eso me hace afortunado.
-¿Sigue siendo tabú hacer terapia de pareja?
-No es que es tabú hacer terapia de pareja, hay conceptos que son erradas con respecto a la terapia de pareja. Hay personas que consideran que creen, que piensan que hacer terapia de pareja es ir camino a la separación y no es así. Por lo menos en mi experiencia personal y como profesional, si la pareja tiene elementos para poder reconstruir su relación mi trabajo será que la puedan recompener y ponerla en ejercicio. Ahora terapia de pareja no puede lograr que la gente ame a la gente, si se sienta en mi consultorio una pareja donde un miembro ya no ama más al otro mi consejo va a ser que se separen porque nadie tiene que estar al lado de alguien que no ama y nadie tiene que estar con nadie que no lo ama, entonces si hay amor y hay posibilidades de resolver los conflictos que llevaron a la crisis la terapia trabaja sobre eso y muchas veces lo resuelve. Yo he tenido muchísimas parejas que han podido recomponer la relación.
-¿Cómo se puede reconocer cuando un amor es tóxico? ¿Se puede revertir un amor tóxico y convertirlo en un amor sano?
-Hay dos tipos de toxicidad: las toxicidades de acción y las toxicidades de omisión. La toxicidad de acción es aquella conducta que un miembro de la pareja hace que está prohibido dentro de la pareja. La pareja establece códigos, acuerdos, pactos, y en esos pactos te obliga a hacer cosas y a evitar cosas, cosas que están prohibidos. Por ejemplo, si la pareja es monógama y uno de los miembros es infiel está siendo tóxico porque es algo que está prohibido por esa pareja que es no tener nada ni romántico ni sexual con otra persona. Y lo está haciendo, entonces está siendo tóxico. Pero también está la toxiciad por omisión que es todo aquello que la pareja está obligado a hacer que si no haces eso sos tóxico. Por ejemplo, si dos personas se ponen en pareja se supone que entre otras cosas se pone en pareja para dar y recibir afecto, si un miembro de la pareja en determinado momento se muestra frio, distante, y deja de demostrarle cariño y afecto a la otra persona, no lo digo por poco tiempo, si es prolongado en el tiempo sin que haya una causa justificada que lo valide, esa persona está siendo tóxica por omisión porque está dejando de ser algo que la pareja está obligado a hacer.
-¿Hacés ejercicios con los espectadores que te van a ver al teatro? ¿Los mismos se pueden aprender y hacerlos en sus casas sin depender de un psicólogo?
-Sí, de hecho el encuentro es totalmente interactivo, contínuamente me paso la hora y media jugando con el público, De hecho, en un momento invito a una pareja, la que quiera, a que suba al escenario a hacer un ejercicio entre el público, la pareja y yo, obviamente sin meterme en cuestiones íntimas de la pareja porque la idea no es exponerlos, pero sí hacer un ejercicio que cada uno en sus casas puede replicar, y ver qué sacan en limpio eso.
-Una frase muy común que surjen en charlas entre familiares y amigos es: “hoy la gente se separa muy rápido, no duran nada, no tienen paciencia”. ¿Es así? ¿Cuánto tiene que ver con el amor, cuánto con el deseo y cuánto con lo económico?
-Es así. Las parejas de la actualidad se separan más rápido que las de antes por varios motivos, una es que tienen más permisos sociales para separarse, recordá que hace 40 años uno estaba en una relación de pareja y uno de los paradigmas era “hasta que la muerte nos separe”, entonces se sienten orgullosos de estar 30, 40, 50 años de estar juntos en pareja. La pregunta es: ¿cuántas de nuestras abuelas fueron felices en esos 50 años? Hoy vivimos en una época en que si una pareja no es feliz, en todos sus miembros, ambos miembros, hay permisos para decir “ésto terminó, me voy a buscar la felicidad a otro lugar”. Antes esos permisos estaban muchos mas vedados, esos permisos la gente lo sabe, los reconoce, y los toma. Por eso la gente se separa más fácilmente y frecuentemente que antes.
Gustavo Mendez es un periodista, productor y locutor argentino con más de 16 años de trayectoria en diferentes medios del país. Nacido en San Nicolás de los Arroyos, comenzó su carrera en el periodismo a temprana edad y desde entonces ha trabajado en diferentes medios importantes de Buenos Aires: Diario Perfil, Perfil.com, Radio Nacional AM 870, Radio El Mundo AM 1070 y Nacional Rock FM 93.7, Revista Gente Online, y en Infama (América), Confrontados (El Nueve) y actualmente en Implacables (El Nueve).
Email: info@gustavomendez.com.ar
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