Al final hay recompensa cantaba Mercedes Sosa en Zona de promesas, un himno de la música popular argentina que reversionó el gran Gustavo Cerati. Un extracto de la composición de la Cantora tucumana que pinta al óleo de color gloria a Ángel Di María. El Fideo, el rosarino, el hombre más resiliente del fútbol moderno del siglo XXI.
Nacer en un barrio humilde, su padre vendía carbón, apenas alcanzaba para llenar las barrigas del fideo y de sus dos hermanas. Luego, debutar en primera división, tocar el cielo con las manos, pasar a jugar en Europa, al club Benfica de Portugal, y luego al mismísimo Real Madrid, el club más ganador y poderoso del mundo. Títulos, descripciones de una realidad, digna de una película de Hollywood.
Cuando todo mejoró económicamente, atravesó el momento más difícil de su vida. No fue una lesión, fue el problema de salud de su primera hija, Mía, que estaba recién nacida. Mientras él tenía que ir a entrenar, metía goles, pero su cabeza y su corazón estaba con su hija, en cada pinchazo, en cada diagnóstico.
Y en la Selección Argentina también era crack. Campeón del Mundo Sub 20 en Canadá y Campeón en los Juegos Olímpicos de Beijing. Todos hablaban de él. Pero llegaron las lesiones y la impaciencia de la pasión -desmedida- por los argentinos en la Selección mayor, desesperación por ganar una Copa América, que le cayeron injustamente.
Se lesionó en la Copa America 2015 y 2016 y no pudo estar, Argentina perdió ambas finales contra Chile y la opinión pública futbolera, los medios y periodistas deportivos lo apuntaron como responsable. La gota mayor que debió tragar y padecer Ángel Di María fue la lesión en el Mundial Brasil 2014.
En un pique frente a Bélgica, por los cuartos de final, sintió un pinchazo, se tocó el aductor, se tomó la cara y se desmoró. ¡Otra vez! El otra vez llorando de bronca del Fideo, y otra vez la bronca que le caía de los fanáticos (no todos) injustamente. “Siempre se lesiona”, “Es un pecho frío”, “Arruga en las finales”, “Que no venga más, que se quede en Europa que allá si hace goles y no se lesiona”. Pero él volvía para defender los colores de la celeste y blanca.
Mientras acá era criticado, mirado de reojo, los clubes más importantes del planeta y con más gloria de títulos e historia como el PSG, Juventus y Manchester United se peleaban para contratarlo. El Fideo, como la mayoría de los mesías, que no era profeta en su tierra.
La consagración llegó, finalmente hubo recompensa para Ángel Di María. Los goles en la final de la Copa América Brasil 2021, en la Finalissima contra Italia 2022, y en la Copa del Mundo Qatar 2022, frente a Francia, en la final más épica y recordada de la historia de los mundiales, y con el penal que creo ante Dembelé y el segundo gol, una obra maestra del juego en equipo, lo colmaron de amor y abrazos de los millones de argentinos. Y por supuesto, como debe ser, el pedido de PERDON y reconciliación in eternum.
Todo lo relatado hasta el momento, en exclusiva, se verá en el documental de Ángel Di Maria. Con producción de Pegsa, el delantero rosarino comenzó a grabar el año pasado su propia historia en Lisboa, Portugal, con entrevistas hablando en primera persona.
Pero no solo hará entrevistas. También se ficcionará su infancia ya que no hay tantos registros de sus momentos como jugador, y mucho menos de su intimidad hogareña. Nacido y criado en el barrio humilde La Esperanza, de la zona oeste de Rosario, El Fideo ayudaba a guardar el carbón a su papá en bolsas y luego lo acompañaba a repartirlo. Era el ticket para entrar en una canchita de fútbol en el baby o con los amigos. Esas imágenes se recrearán. Será el mismo formato que hizo el director Alex De la Iglesia con el documental de Lionel Messi.
Al igual que su madre Diana Hernández, lo llevaba a entrenar en el caño de la bicicleta amarilla a la que llamaban Graciela. Ese era el transporte de tracción a sangre que había para alcanzar el sueño más grande de Angelito que era ser futbolista y llegar a la primera de Rosario Central, club del que era hincha y comenzó en las divisiones inferiores. Con las manos negras del carbón, se iba a jugar al fútbol igual. Nada le importaba. Solo quería patear la pelota.
Ángel Di María repasará toda su carrera futbolística y brindará recuerdos, momentos y detalles nunca antes revelados de su vida personal. Sus inicios en el barrio humilde La Esperanza de Rosario, su llegada a primera en el club Rosario Central, el desembarco en Europa y las derrotas y títulos en la Selección Argentina.
Habrá momento para el llanto sobre las duras críticas que recibió a lo largo de su carrera en la Selección. Todo, sin filtro, lo que sintía en ese momento bronca, dolor. Y hablará de los problemas de salud que atravesó Mía, una de sus hijas cuando jugaba en el Real Madrid.
Se verá una entrevista a su esposa Jorgelina Cardoso, y sus dos bellas hijas, Mía y Pía, sus padres, familiares y amigos. Estará la palabra de Messi, y ex compañeros del Real Madrid, entre otros clubes donde fue figura.
El documental se lanzará en Netflix cuando Angel Di María decida retirarse del fútbol.
Angél Di María se suma a la lista de los jugadores con documentales Lionel Messi (estrenado), Rodrigo De Paul (estreno a mitad de año) y Sergio Kun Aguero (estreno en septiembre).
Gustavo Mendez es un periodista, productor y locutor argentino con más de 16 años de trayectoria en diferentes medios del país. Nacido en San Nicolás de los Arroyos, comenzó su carrera en el periodismo a temprana edad y desde entonces ha trabajado en diferentes medios importantes de Buenos Aires: Diario Perfil, Perfil.com, Radio Nacional AM 870, Radio El Mundo AM 1070 y Nacional Rock FM 93.7, Revista Gente Online, y en Infama (América), Confrontados (El Nueve) y actualmente en Implacables (El Nueve).
Email: info@gustavomendez.com.ar
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