Entrevista a la China Suárez y Pablo Echarri: de la composición de los personajes de Camaleón, a sus futuros proyectos

En una charla exclusiva, los protagonistas de la serie de seis capítulos hablaron del proceso de interpretación para ponerse en la piel de Sabrina y Salvador.

Cuándo les dijeron que iban a protagonizar juntos esta serie, ¿Cuáles fueron sus primeras reacciones?

China Suárez: Nunca habíamos trabajado juntos. Yo me había fanatizado con La Leona, me había encantado, entonces tenía como esa referencia. La había visto a Nancy (Duplaa). Tenemos mucha gente en común. La había cruzado en muchos eventos, y había sido muy amorosa conmigo, nos quedamos charlando, entonces tenía como esa referencia. Pero nunca me había tocado trabajar con Pablo. Pero bueno, en el ambiente se sabe. Uno averigua, que es tranquilo para trabajar, que no es conflictivo. Todas las personas con las que hablé, me hablaron bárbaro, y esa fue mi experiencia. 

Pablo Echarri: Para mí fue un alegrón, luego de las novelas y las historias que contamos en la tele abierta que fue desapareciendo de a poco, en un lento descenso, pero recibir un drama tan sensible para la sociedad en general que abrirá un debate inmenso y que sea acompañado por la China me parecía una buena manera de volver hacer algo que me representara y me sintiera orgulloso. Leí ese texto y estaba bien escrito y me la imaginaban a la China en ese personaje y sabía que era justo lo que necesitaba Camaleón para que se entendiera qué es lo que queríamos hablar, y el resultado es extraordinario.

¿Cómo fue el proceso interpretativo para componer a los personajes? ¿A qué emociones fueron para crearlos?

C.S: En el caso de Sabrina era muy importante el arco, cómo empieza, todo lo que atraviesa y cómo termina, qué no siempre se da en todos los personajes, y para mí era muy importante eso. Lo que le despierta, cómo vuelve a caer en todo lo malo, después que lo conoce a él, y se reencuentra después de tantos años. Y esta historia que ella cree que fue una historia de amor, pero que en realidad después comienza a darse cuenta de que no hubo amor, sino que fue una relación de abuso, de manipulación, por esta diferencia de edad, y por la forma que él tiene de relacionarse con sus víctimas. 

A mi me gusta sufrir en los personajes. Me encanta el drama. Me gusta muchísimo. 

P.E: Sabrina está atravesada por la emoción. Salvador no. Es frío, calculador. Está clavado en una postura muy sólida, en la que él cree que puede avanzar, en pos de cumplir su deseo que está autorizado, y socialmente aceptado. Él cree que puede disponer de la concreción de esos deseos.

Salvador es un encantador de serpientes, es un tipo encantador. Seduce a todo el mundo, se la pasa seduciendo a su hija, a las amigas de su hija, a su actual pareja, seduce a Iris, que es la mamá de Sabrina, que es su musa inspiradora, seduce a los periodistas con los que habla. Entonces la tecla a tocar era muy clara. Y no debía abandonar ese plan de seducción, solo y hasta donde se viera tocado.

En el transcurso de la historia en los seis capítulos comienza bien plantado, muy seguro de sí mismo, y a medida que Sabrina va teniendo ese arco emocional de creer que fue una historia de amor, a darse cuenta que fue manipulada y abusada, empieza a trasladarle a Salvador su punto de vista que empieza a sacarle esa seguridad a Salvador, sin embargo, en esos momentos donde no tenía esa seguridad, él debía mostrarse seguro. 

Salvador de frente a cámara mostraba una cosa, y apenas giraba, mostraba su verdadera cara. Lo que sentía su corazón, o lo acorralado que comenzaba a sentirse. Pero son dos arcos completamente distintos. El espectador se subirá sobre lo que le sucede a Sabrina, y sobre ese arco emocional que hace la China, que además está extraordinaria, porque logra graficar lo que siente exactamente Sabrina en ese trayecto. Y Salvador lo que se verá es un ser inimputable, que el «fin justifica los medios». 

¿Ustedes se acostumbran a estos nuevos tiempos de hacer ficción de que pase tanto tiempo al estreno, ya que vienen de otra escuela?

C.S: Es que no te queda otra que acostumbrarte, pero a mí me genera mucha ansiedad. Yo me crié en la televisión, cuando se hacían veinte escenas por día, y estoy acostumbrada a ese ritmo, y a mí me encanta. Hay mucho prejuicio, y hay muchos actores que prefiere los tiempos del cine, de la serie. A mí la televisión me encantó siempre, y te da un oficio y un entrenamiento que no te lo da ni el cine ni la serie. Tiene muchas virtudes, el resultado de esto después lo ves, y ves que valió la pena porque el resultado es muy bueno. Pero soy fan de la tele.

P.E: Soy fan de la tira, de la tele. Uno con los años se acostumbra y acompaña lo que la vida le ofrece y no pauto mucho. Más en este oficio, que es un poco el deseo de quien te llama y te contrata, más que la fuerza que uno le puede imprimir. Yo como productor he dejado de estar en una situación pasiva de esperar un llamado. Pero cómo produje dejé de hacerlo. Tengo facilidad de colocarme en el modo que me tengo que colocar. Ahora estoy en modo teatral, de miércoles a domingo, dos funciones los sábados, es una dinámica completamente diferente.  Acepto lo que la vida me ofrece y lo vivo con alegría, y con la menor ansiedad posible. Porque ya todo está escrito, la suerte está echada. 

¿En qué momento les llegó Camaleón?

P.E: Yo súper bien, muy auspicioso. Es algo de lo que me siento orgulloso haber hecho, entonces ya eso me coloca en una posición de disfrute total. Cuando uno hace algo bueno, que trasciende, lo que espera es la consecuencia, porque en este oficio existen esas consecuencias cuando uno hace algo que está bueno, que el público acepta. El éxito medido en los distintos esquemas de medición puede llegar a traer cosas positivas hacia adelante. Que venga con pan bajo el brazo, siempre.

C.S: Me pasa lo mismo, estoy super orgullosa de este proyecto. Pasaron dos años, pasó la vida, pasaron otros proyectos, y me siento muy orgullosa del nivel de Camaleón, en todo sentido. Superó ampliamente mis expectativas. Pude ver la serie como una espectadora, y me recontra enganché. Está buenísimo que pase eso, no siempre te pasa cuando estás actuando en el proyecto, es difícil salirse de ese lugar, y con Camaleón me pasó que quería ver el próximo capítulo, y me la devoré en un mediodía.

¿Qué se viene en sus carreras?

P.E: Sigo con teatro, concentrado en eso, con muy buenas respuestas del público y si Dios quiere seguiremos adelante. Nada audiovisual por lo pronto.

C.S: Estreno Camaleón, y otra película. También está la Hija del fuego, y otra serie más que no sé cuando se estrenarán.

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